Las guías sobre el diagnóstico y tratamiento de la diabetes mellitus en gatos ofrecen información práctica para el manejo tanto de casos complejos como de los más rutinarios. TAGS: Medicina felina. Actualización veterinaria. Salud felina. Endocrinología veterinaria. Diabetes mellitus
La diabetes mellitus (DM) es una de las endocrinopatías más comunes en gatos, y se cree que su prevalencia está aumentando. En esta especie, la DM tiene una patogenia compleja, y los gatos afectados pueden presentar comorbilidades y desarrollar complicaciones que requieren ajustes en la terapia. El manejo de los casos exige un conocimiento profundo de la enfermedad, así como excelentes habilidades de comunicación para colaborar con los cuidadores en los aspectos de seguimiento y tratamiento. Esta es un área de la medicina felina que ha experimentado mucha investigación y desarrollo en los últimos 10 años.
Se publicaron las guías de consenso sobre el manejo práctico de la diabetes mellitus en gatos. Un avance importante ha sido la creación del proyecto «Lenguaje Consensuado en Endocrinología Veterinaria» (ALIVE), cuyo objetivo es establecer un conjunto de terminología consensuada y un sistema de puntuación estandarizado para el diagnóstico de la DM y otras endocrinopatías en animales de compañía. En estas guías, se utiliza la terminología ALIVE siempre que es posible, con el fin de proporcionar a los veterinarios información sobre la patogenia, el diagnóstico, el tratamiento práctico y el seguimiento de la DM, basándose en la evidencia más reciente y la opinión de expertos.
Las “Guías de consenso iCatCare 2025 sobre el diagnóstico y tratamiento de la diabetes mellitus en gatos” ofrecen información práctica para el manejo tanto de casos complejos como de los más rutinarios. Se destaca la importancia de un enfoque multidisciplinario, que involucre a profesionales veterinarios y al cuidador, ya que esto probablemente optimizará los resultados para el paciente.
Diagnóstico y tratamiento de la diabetes mellitus en gatos
Los autores comienzan explicando que la diabetes mellitus (DM) es un síndrome caracterizado por hiperglucemia causada por defectos en la secreción de insulina, la sensibilidad a la insulina o ambas. Independientemente de la causa patogénica, una deficiencia relativa o absoluta en la acción de la insulina sobre los tejidos diana conlleva numerosas anomalías en el metabolismo de los carbohidratos, las grasas y las proteínas. La prediabetes es un estado de glucemia anormal (en ayunas o tras una sobrecarga de glucosa) que aún no cumple los criterios de DM.
En medicina humana, la prediabetes, indican, se define como hiperglucemia por debajo del umbral para la diabetes mellitus y/o intolerancia a la glucosa. Es probable que este fenómeno también se presente en gatos (p. ej., con obesidad o hipersomatotropismo [HST]). Sin embargo, hasta la fecha, la falta de información y evidencia sobre el tema (p. ej., pruebas de tolerancia a la glucosa validadas) ha impedido la identificación de esta etapa de la enfermedad en gatos.
Actualmente se asume que la diabetes mellitus felina tiene una etiología similar a la de la diabetes mellitus tipo 2 humana en el 75-80 % de los casos y que se produce secundariamente a la hipersomatotropía en el 20-25 % de los casos.
La diabetes mellitus tipo 2 se caracteriza por una combinación de disfunción parcial de las células beta, pérdida de células beta y resistencia a la insulina. “La disfunción y la pérdida de células beta reducen la capacidad del páncreas para liberar insulina y comprometen su capacidad para compensar la resistencia a la insulina mediante el aumento de la secreción de insulina”. Así, la resistencia a la insulina (independientemente de su causa) conduce a una deficiencia relativa de insulina. Con el tiempo, exponen que las consecuencias metabólicas de la deficiencia de insulina, como la glucotoxicidad (y potencialmente otros fenómenos como la lipotoxicidad), provocan mayor daño y disfunción de las células beta, lo que genera un círculo vicioso que promueve aún más la disfunción y la pérdida de células beta. Finalmente, este proceso conduce al cuadro clínico clásico de hiperglucemia grave, glucosuria, poliuria y polidipsia (PU/PD), aumento del apetito y pérdida de peso.
Detección de comorbilidades
La selección del tratamiento más apropiado para cada gato con DM depende de una evaluación exhaustiva del caso, exponen en la guía, incluyendo pruebas para detectar comorbilidades, como enfermedad renal, si está indicado, y una excelente comunicación con los cuidadores. El tratamiento con insulina o inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2 (SGLT2) puede ser apropiado y debe combinarse con una dieta y un régimen de monitorización adecuados y manejables tanto para el gato como para el cuidador. La monitorización, para determinar la respuesta al tratamiento y detectar complicaciones como la cetoacidosis diabética o la hipoglucemia, puede incluir la colocación de un monitor continuo de glucosa (MCG).
Los autores repasan ampliamente todos los aspectos relacionados con la enfermedad, y aportan una serie de consejos concretos, como que los protocolos de tratamiento y seguimiento pueden ser flexibles, y deben seleccionarse teniendo en cuenta los factores individuales que afectan al cuidador y al gato, y modificarse según sea necesario para garantizar el cumplimiento. Así, pueden presentarse complicaciones como cetoacidosis diabética (CAD), cetoacidosis diabética extracorpórea (CADe), variabilidad glucémica e hipoglucemia, las cuales pueden manejarse con éxito, existiendo estrategias para mitigar sus riesgos.
Necesidades de manejo individuales
Por último, resumen que “los gatos con diabetes mellitus (DM) pueden ser casos complejos pero gratificantes de manejar”. Por otro lado, exponen que identificar las enfermedades subyacentes o concurrentes, especialmente la hipersensibilidad a la insulina (HST), puede ser crucial para el resultado final. “Cada gato diabético y su cuidador tendrán necesidades de manejo individuales, y el cuidado de estos pacientes implica ofrecer una variedad de tratamientos y métodos de monitoreo, con el apoyo de una excelente comunicación, trabajo en equipo y flexibilidad en el enfoque”. La terapia con inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2 (iSGLT2) proporciona a los veterinarios una opción adicional deseable y eficaz, obviando la necesidad de inyecciones de insulina.
“La selección de casos es fundamental, y los iSGLT2 deben reservarse para gatos diabéticos clínicamente sanos (con buen estado general)”. Los autores concluyen que promover la detección temprana de la DM y sus complicaciones debe ser una prioridad para optimizar los resultados, independientemente de la opción de tratamiento elegida. “El futuro para los gatos diabéticos y sus cuidadores es esperanzador, ya que la investigación en curso contribuye a la comprensión colectiva de la enfermedad y aumenta la experiencia en el tratamiento de los gatos afectados”.
Fuente: www.diarioveterinario.com




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