La osteopatía puede potenciar tu práctica profesional como veterinario equino

Mario Soriano, director de Estudios Veterinarios en London College of Animal Osteopathy (LCAO), comparte cómo la osteopatía no solo amplía las herramientas clínicas, sino que también ayuda a reencontrarse con lo esencial de la profesión. TAGS: Osteopatía equina. Osteopatía. Medicina veterinaria. Equinos

Quienes trabajamos en el campo con caballos sabemos que no hay dos jornadas iguales. Cada visita, cada animal, cada cliente nos plantea un nuevo desafío. La clínica equina rural exige versatilidad, rapidez diagnóstica, una comunicación clara con el propietario y, a menudo, una capacidad casi instintiva para interpretar lo que el caballo no puede decir con palabras. Pero también, con los años, muchos veterinarios sentimos que algo se pierde por el camino: ese contacto más directo, más intuitivo, más conectado con el animal… aquello que nos llevó a elegir esta profesión. 

En mi caso, la osteopatía equina me permitió recuperar ese vínculo. No hablo solo de una técnica más para la mochila del clínico, sino de una forma distinta de mirar al caballo, de escucharlo, de intervenir con respeto y eficacia. Y es precisamente eso lo que quiero compartir en este artículo: cómo la osteopatía puede transformar la práctica de quienes trabajamos cada día en la primera línea del cuidado equino. 

Mucho más que una herramienta para volver a escuchar al caballo 

La medicina veterinaria convencional nos ha dado herramientas poderosísimas, desde la imagen diagnóstica hasta los protocolos terapéuticos de cojeras más avanzados. Pero  admitámoslo, también nos ha alejado, en muchos casos, del cuerpo del caballo. Con la osteopatía, volvemos a trabajar con las manos. Palpamos, percibimos, interpretamos. No solo exploramos una articulación o una contractura: leemos al caballo en su globalidad, en su forma de moverse, de cargar el peso, de compensar, de empujar… 

Y en ese proceso, no pocas veces, nos reencontramos con lo que nos hizo veterinarios: la sensación de estar realmente con el animal, no frente a un caso clínico abstracto, sino acompañando a un ser vivo con una historia y una expresión única de salud o de disfunción. 

Una visión más completa de la salud 

Uno de los grandes aportes de la osteopatía es su enfoque sistémico. Todo está conectado: la mandíbula con el sacro, la fascia torácica con el patrón respiratorio, una antigua cojera con una asimetría muscular… Aprender a ver esas conexiones nos permite comprender mejor ciertos cuadros clínicos que de otro modo se nos escapan: el caballo que recae una y otra vez en la misma lesión, el que “no va fino” pero no tiene hallazgos claros, el que muestra alteraciones de comportamiento sin causa aparente. 

La osteopatía no sustituye nuestra práctica convencional. La enriquece. Nos permite intervenir antes de que el problema se cronifique, entender mejor los fallos de rendimiento, e incluso prevenir disfunciones en caballos que aún no presentan signos clínicos evidentes.  

Mejora tangible en la práctica diaria 

En mi experiencia, incorporar principios osteopáticos ha supuesto una mejora clara en la resolución de ciertos casos. Muchas veces, un abordaje manual bien ejecutado puede desbloquear una disfunción, recuperar el equilibrio biomecánico y restablecer el movimiento normal. Lo veo en potros con disfunciones del crecimiento, en yeguas que no ciclan, en caballos de deporte que no rinden a pesar de las revisiones veterinarias sin hallazgos… 

El propietario lo percibe. El caballo lo agradece. Y uno, como veterinario, se siente más útil, más cercano, más eficaz. 

Una vía para ampliar horizontes Formarse en osteopatía animal también abre nuevas puertas. Hay una demanda creciente de profesionales que trabajan desde esta perspectiva integradora, y no siempre hay suficientes especialistas para cubrirla. Esto aplica tanto a clínicas privadas como a centros deportivos, programas de rehabilitación o servicios complementarios dentro de prácticas mixtas. 

Y hay algo más, quizás lo más valioso: la posibilidad de renovar nuestra motivación. En un mundo donde el burnout veterinario es una realidad cada vez más reconocida, reencontrar sentido y entusiasmo en la profesión no es un lujo, sino una necesidad. 

El LCAO, un referente internacional 

Formarse en London College of Animal Osteopathy (LCAO), una institución de referencia a nivel internacional, te permite, como veterinario, dar un paso más en tu desarrollo profesional. En los posgrados de Osteopatía Veterinaria Equina de LCAO encontrarás un enfoque accesible y de alta calidad, en donde los profesionales adquieren nuevas herramientas para ofrecer tratamientos osteopáticos suaves y efectivos, especialmente útiles en casos de disfunciones musculoesqueléticas en equinos. Una formación ideal para aquellos que ejercen en el ámbito rural, donde la cercanía con el animal y la capacidad de observación son claves. 

¿Es éste tu momento? 

Son muchas las veces que compañeros me preguntan por formarse como osteópatas veterinarios. En muchas de esas preguntas hay incredulidad, temor, dudas pero también la ambición de incorporar nuevas perspectivas que les devuelvan la motivación del primer día. En ese sentido, siempre contesto lo mismo: 

Si estás sintiendo que tu clínica se está volviendo demasiado mecánica… 

Si tienes la sensación de que podrías ofrecer más, pero te faltan herramientas… 

Si te ilusiona volver a tocar, sentir, interpretar… 

Quizás sea el momento de explorar esta vía. 

La osteopatía no es solo una formación más. Es un cambio de mirada. Y para muchos, es también un retorno: al animal, a la escucha, a la vocación como lo ha sido para mí en estos últimos años. 

Si te interesa en conocer los Posgrados de LCAO en Osteopatía Veterinaria Animal, Osteopatía Veterinaria Equina y Osteopatía Veterinaria Canina, escribe a info@aosteocollege.es

Foto: Mario Soriano, director de Estudios Veterinarios en London College of Animal Osteopathy (LCAO).

Fuente: www.diarioveterinario.com

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