Micronutrientes y salmón del Atlántico: el punto crítico para su salud y bienestar

Un nuevo análisis científico realizado por investigadores de Nofima, NMBU y el IMR, advierte que la falta de conocimiento sobre vitaminas y oligoelementos en el salmón del Atlántico está comprometiendo su salud, inmunidad y bienestar en sistemas de cultivo modernos. La revisión plantea revisar regulaciones y estrategias nutricionales para enfrentar los crecientes desafíos sanitarios y productivos de la salmonicultura global. TAGS: Acuicultura. Salud animal. Nutrición acuícola. Bienestar animal. Producción sostenible

Un nuevo estudio desarrollado por el Instituto Noruego de Investigación sobre Alimentación, Pesca y Acuicultura (Nofima), la Universidad Noruega de Ciencias de la Vida (NMBU) y el Instituto de Investigación Marina (IMR) realizó una revisión científica sobre la nutrición de micronutrientes en salmón del Atlántico y puso en evidencia vacíos críticos de conocimiento que podrían estar limitando la salud y la resistencia de los peces en sistemas de cultivo modernos.

¿Por qué importan los micronutrientes?

Las vitaminas y los oligoelementos son esenciales en pequeñas cantidades, pero cumplen funciones vitales: catalizan reacciones bioquímicas, modulan la inmunidad y protegen frente al estrés oxidativo. Sin embargo, el estudio advierte que la mayoría de las recomendaciones actuales para salmones se basan en criterios mínimos (evitar deficiencias visibles o sostener el crecimiento), dejando de lado parámetros críticos como la salud y el bienestar a largo plazo.

Los autores proponen que, además de los requerimientos clásicos —mantenimiento, crecimiento y reproducción—, se incorpore un nuevo concepto: “requerimiento para la salud y el bienestar”, que considere los desafíos ambientales, fisiológicos y sanitarios propios de la producción intensiva.

Ilustración conceptual del aumento de las necesidades de micronutrientes para la salud en entornos acuícolas difíciles. Créditos: Estudio.

Lagunas de conocimiento y riesgos en la producción

La revisión revela que aún se desconoce el requerimiento mínimo de vitamina A en el salmón, mientras que los datos sobre vitaminas C, D, E y K son inconsistentes entre estudios. El conocimiento sobre vitaminas del grupo B es igualmente limitado.

La situación se agrava con la creciente sustitución de harina y aceite de pescado por ingredientes vegetales, que tienden a ser pobres en micronutrientes críticos y contienen factores antinutricionales que reducen su biodisponibilidad. En este contexto, minerales como el zinc y el selenio se vuelven altamente limitantes. Paradójicamente, su suplementación está restringida por normativas que fijan límites demasiado bajos para garantizar una salud óptima en los peces.

El resultado: un desajuste entre las necesidades biológicas del salmón y las regulaciones nutricionales vigentes, con posibles impactos en la inmunidad, la supervivencia y el rendimiento productivo.

Micronutrientes y salud del salmón: ejemplos concretos

El estudio detalla cómo ciertos micronutrientes tienen un rol directo en la prevención de problemas críticos en la salmonicultura:

  • Zinc: clave para la salud de la piel y la prevención de cataratas.
  • Selenio: esencial frente al estrés oxidativo e hipóxico.
  • Vitaminas E y C: refuerzan respuestas inmunes innatas y adquiridas.
  • Hierro: su biodisponibilidad puede verse reducida por ciertos ingredientes innovadores, como ensilados de moluscos.

Estas evidencias apuntan a que un enfoque de suplementación más estratégico y diferenciado según la etapa de vida del pez podría mejorar significativamente los indicadores de salud.

Nutrientes clave, vías y metabolitos relacionados con las funciones de las vitaminas B: tiamina (B1), riboflavina (B2), niacina (B3), ácido pantoténico (B5), piridoxina (B6), biotina (B7), folato (B9) y cobalamina (B12). Créditos: Estudio.

Perspectivas: entre innovación y regulación

La investigación subraya que los cambios recientes en los sistemas de producción —desde el cultivo en jaulas marinas tradicionales hasta sistemas de recirculación (RAS) o jaulas profundas— imponen nuevos desafíos fisiológicos que podrían elevar los requerimientos nutricionales del salmón.

Además, la transición hacia ingredientes alternativos, como harinas de insectos o subproductos marinos, plantea incertidumbres respecto a la estabilidad y disponibilidad de vitaminas y minerales.

Los autores insisten en la necesidad de:

  • Revisar las recomendaciones oficiales de nutrientes considerando etapas de vida específicas y condiciones de cultivo reales.
  • Desarrollar biomarcadores de salud que permitan evaluar de manera más precisa los efectos de la nutrición en la inmunidad y el bienestar.
  • Refinar los límites regulatorios para evitar que la fijación de mínimos “seguros” comprometa la salud de los peces o la sostenibilidad ambiental.

Una urgencia para la salmonicultura global

La tasa de mortalidad en el cultivo de salmón del Atlántico en Noruega aumentó de 15% a 18,8% en solo cinco años, y en Chile la experiencia con enfermedades como la anemia infecciosa (ISA) mostró cómo la falta de control sanitario puede tener consecuencias devastadoras. En este contexto, la nutrición adecuada con micronutrientes aparece como una herramienta subestimada pero decisiva.

De acuerdo a los expertos, la conclusión es clara: garantizar la salud y el bienestar del salmón requiere un replanteamiento profundo de cómo se definen y aplican los requerimientos de vitaminas y oligoelementos en la acuicultura moderna. Sin este enfoque, los avances tecnológicos en sistemas de cultivo y formulación de alimentos acuícolas seguirán enfrentándose a un talón de Aquiles nutricional.

Revisa el estudio completo aquí: Revisiting Vitamin and Trace Mineral Nutrition in Atlantic Salmon Farming With Emphasis on Fish Health

Fuente: Infosalmon

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