Artículos y Notas

Los primeros pasos...perteneciente a la Dirección Nacional de Sanidad Animal (ahora SENASA) y estando a cargo del Servicio de Inspección Veterinaria del Frigorífico Posadas, durante los días del mes de enero del año 1971, fui convocado y tuve la oportunidad de formar parte del cuerpo de Veterinarios de la Secretaría de Salud Pública de la Municipalidad de la ciudad de Posadas. AUTOR: Roberto D. Carrain

Es bueno aclarar que no existían incompatibilidades de pertenecer a distintos organismos estatales.

El equipo municipal del cual formé parte, estaba dirigido por el Dr. M. V. Manuel Salvador DIAZ GONZALEZ, en su cargo de Director de Bromatología, secundado en el Departamento Antirrábico a cargo del M. V. Jorge KEHOE, mi compañero de curso en la Facultad de Ciencias Veterinarias de La Plata, mientras que el Departamento de Veterinaria funcionaba a mi cargo.

Durante nuestra gestión, trabajando en forma corporativa, tuvimos la necesidad y la ocasión de poder actualizar diversas reglamentaciones municipales, obsoletas para la época.

También confeccionamos borradores de nuevas ordenanzas faltantes que permitieran encuadrar y regular el funcionamiento de diversos rubros surgentes en los comercios de la ciudad.

Para ello tuvimos que recurrir a la ayuda de otros colegas de reparticiones similares a la nuestra pero de ciudades más “ordenadas”, para que nos hicieran llegar copias de las Ordenanzas que necesitábamos conocer.

Siempre estuvimos en contacto con otros colegas, y en muchos casos con Colegios y Consejos Profesionales Provinciales relacionados al área de nuestro interés como ser de Médicos, Bioquímicos, Farmacéuticos, Veterinarios, etc., para conocer las incumbencias profesionales.

Era una época difícil para sostener comunicaciones fluidas con muchas regiones de nuestro país, pero en nuestro caso, por ser una dependencia oficial, el servicio de correo funcionaba a la perfección e incluso el telefónico.

Vimos que, si queríamos aplicar nuevas Ordenanzas, teníamos que contar con personal capacitado que pudiera constatar su cumplimiento. Para ello dictamos durante treinta días, en el Palacio del Mate, el primer Curso de Capacitación para aspirantes a cubrir cargos de Inspectores Bromatológicos Municipales. Muchos de los participantes al curso, previo examen, ingresaron a formar parte del plantel de los nuevos inspectores municipales.

Posadas de aquel entonces, contaba con un par de veterinarias y agropecuarias a cargo de colegas como el Dr. Eduardo Libutti, Rubén E. García, Abelardo Albornoz, Jorge Soto en la Dirección de Ganadería del Ministerio de Asuntos Agrarios, la Dra. Norma Delpietro, Horacio Delpietro, Jorge I. Esquivel, Carlos López Orts, en la delegación del Ministerio de Agricultura de la Nación (SELSA).

A partir del año 1972, con la llegada de nuevos colegas veterinarios recién laureados, como Armando Gasc de Visac, (principal mentor y destacable impulso participativo), Aníbal E. Pensa, Carlos Moreira, Víctor López Sartori, comenzamos a “juntarnos” para tratar de lograr algún tipo de entidad, que permitiera unirnos y hacer crecer nuestra presencia profesional en la sociedad .

Con los recién llegados, comenzamos a reunirnos, algunas veces en la casa de alguien, otras sentados sobre bolsas de forrajes, en alguna veterinaria, como Sanidad Animal de los Dres. Moreira y Lopez Sartori, en pleno centro (San Lorenzo entre San Martini y Sarmiento), en La Rural del Dr. Albornoz, en la Agrícola Ganadera, o en la oficina de SELSA, siempre aportando ideas para crecer corporativamente.

Finalmente, con el tiempo dimos el primer paso, una mañana, reunidos en el club Tokio, formamos la Asociación de Veterinarios de Misiones. También contamos con la concurrencia de colegas del interior como ser Wilfrido Ramos de la Cruz e Ramón I. Villalba.

El mandato surgido de la Asamblea para esta Asociación recién formada era lograr la creación de una entidad gremial provincial. Todo un desafío.

El grupo comenzaba con muchas esperanzas. Empezamos a “gatear”, comenzamos a escribir copiando y modificando estatutos de otros Círculos, Colegios y Consejos para gestar nuestro propio Estatuto, acorde a la realidad provincial.

Grande fue la sorpresa: darnos cuenta que todavía no reuníamos suficientes “socios” (veterinarios) para lograr nuestro sueño, pero igual seguíamos trabajando y soñando.

En 1973, al producirse el cambio de gobierno, el Intendente Municipal electo, Agrimensor Sorol cuestiona nuestra “lealtad” como veterinarios municipales, e involuntariamente pasamos por una situación no deseada, que afortunadamente culmina con nuestra renuncia a los respectivos cargos.

Por suerte las situaciones vividas y compartidas en reuniones con la mayoría de los colegas, fue muy positiva y valedera para afianzar nuestra Asociación, en defensa de nuestra profesión y confirmar la necesidad de unión profesional.

Nuestro número continuaba siendo pequeño, por suerte no duró mucho. Llegaron nuevos y fresquitos otros colegas, como Javier Hammerle, Cesar Cingolani, Ricardo Luzuriaga.

Nuestras reuniones eran más frecuentes cada semana, teníamos tiempo y empuje. Así logramos culminar un anteproyecto de Ley, que con la gran colaboración de los colegas vinculados a dirigentes eolíticos y Diputados Provinciales, lo presentamos en una de las Sesiones de la Cámara de Representantes.

En una de las sesiones de la Cámara, realmente entre “gallos y medianoche” (por que fue tratada altas horas de la noche), logramos que se votara nuestra Ley.

La Ley de la creación del Consejo Profesional de Médicos Veterinarios de la Provincia de Misiones, que fue aprobada con el numero 520/74.

No soy capaz de poder describir los momentos de nuestra eufórica alegría de esa noche, tampoco recuerdo como terminó….

Con la Ley 520/74, logramos ponernos de pie, dejamos el “gateo de criaturas”. Se iniciaba una nueva etapa: el llamado a elecciones para cumplir con la Ley y recibir el mandato, para seguir “caminando”.

Una nueva Asamblea se aprueba y se vota una única lista. La presentamos ante las autoridades del Ministerio de Asuntos Agrarios para su correspondiente aceptación.

El día 30 de junio del año 1975, en dependencias del Ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia de Misiones, sito en Centenario Nº 180, reunidos en Asamblea los Veterinarios presentes:

ALBORNOZ, Abelardo

CARRAIN, Roberto D.

CINGOLANI, César

DELPIETRO, Horacio

DIAZ GONZALEZ, Manuel Salvador

DUARTE, Miguel

GASC DE VINSAC, Armando

HAMMERLE, Javier

LOPEZ SARTORI, Víctor

MOREIRA, Carlos

PENSA, Aníbal E.

RAMOS DE LA CRUZ, Wilfredo

RECA, Martín

Recibimos por parte del entonces, Director de Ganadería del Ministerio de Asuntos Agrarios, Dr. Rubén E. García, el mandato de la Ley 520/74.

De la misma Asamblea Constitutiva, se aprueba la formación de la Primera Comisión Directiva del Consejo Profesional de Médicos Veterinarios de la Provincia de Misiones, integrada de la siguiente manera:

Presidente: Carrain, Roberto Dante

Secretario: Gasc de Vinsac, Armando

Tesorero: Soto, Jorge

Vocales: Moreyra, Carlos

Pensa, Anibal

Albornoz, Abelardo

Rinas, Miguel

Empezamos a “caminar” como institución, nos encontramos al andar con muchas dificultades, discusiones, tragos amargos y peleas.

Nos costaba mucho la concreción y estabilizarnos en cada paso que queríamos dar, pero recibíamos innumerables estímulos de otras entidades profesionales que se admiraban de nuestros logros por ser una pequeña provincia y con pocos profesionales.

A pesar de ser una pequeña familia de matriculados, fuimos una de las pocas instituciones fundadoras de nuestra Federación Veterinaria Argentina.

Hoy puedo decir que con nuestros 38 años de vida institucional, me siento muy orgulloso de haber colaborado para dar “los primeros pasos”, estamos caminando y muy bien, debemos mejorar nuestro andar.

Mi gran deseo y creo también de todos los colegas que hoy por las rarezas de la biología de la vida no están con nosotros, pero seguro nos acompañan desde otras dimensiones, es que continuemos participando con los mismos ideales.

No debemos olvidarnos, que si bien hoy, por diversas razones personales, cada uno defiende por propios intereses de su “club”, todos, pero todos deberíamos jugar el mismo “deporte”, nuestra querida profesión de Veterinario.