Te contrataron para trabajar en un laboratorio veterinario. Era tu gran ilusión o no, pero el desafío está ahí. Más allá del entusiasmo que te puede generar, seguramente aparece la pregunta ¿Cómo aporto valor si no tengo experiencia? TAGS: MentoríaVet360. Veterinarios. Formación veterinaria. Industria veterinaria. Desarrollo profesional. Habilidades blandas. Liderazgo veterinario
La actitud con la que te incorporás al entorno laboral puede marcar una diferencia importante. Entender que tu rol como veterinario/a se extiende más allá de lo técnico, es decir, la experiencia es importante pero no lo es todo.
Aportar valor no significa saber todo. Incluye observar el contexto con curiosidad, ofrecer colaboración, preguntar, conectar la teoría con la práctica.
Podés adoptar como criterio de avance las siguientes capacidades que tendrás que desarrollar:
-Observación con criterio, que no es solo mirar, sino observar procesos, trazabilidad, calidad de los productos, cumplimiento de normativas, condiciones de bioseguridad, etc.., para recabar datos e información que te sirvan para proponer mejoras.
-Escucha activa, que implica la intención de entender las necesidades del equipo de trabajo, de la empresa o del cliente.
-Predisposición para aprender, lo cual te ayudará a posicionarte mejorando tus habilidades y conocimientos.
La experiencia es un proceso a desarrollar, pero al inicio de tu inserción laboral podés generar impacto desde cada actitud proactiva que asumas, desde cada aprendizaje que apliques o propuesta que realices.
El veterinario/a en la industria tiene mucho para ofrecer. Ocupa un lugar estratégico traduciendo el conocimiento científico en valor para las empresas, colegas y productores o tutores.
Su rol en este ámbito se apoya en tres dimensiones:
-La formación técnica, que te permite fundamentar las decisiones con evidencias. Si lográs comunicar con claridad esos argumentos lograrás traducirlo en credibilidad y ayudarás a tomar mejores decisiones.
-La ética profesional, entendiendo que, en nuestra profesión, cada recomendación o acción tiene un impacto sobre la salud animal pero también, sobre la salud humana y ambiental.
-Tener una visión de negocio, comprendiendo cómo el valor que genera una empresa o laboratorio puede potenciar tu vocación.
Durante tu formación académica el foco estuvo puesto en “saber”. Este foco cambia durante la práctica profesional y se corre a “transformar conocimiento en soluciones concretas”. Allí está tu esencia de aportar valor desde el primer día, entendiendo a la profesión como un servicio para el bienestar animal, de las personas y de la organización que te contrata, y no como un conjunto de tareas a desarrollar.
El rol del veterinario/a en la industria es técnico, comercial, de asesor, pero fundamentalmente, es ese puente que une ciencia, ética y desarrollo sostenible.
Aquí te dejo algunas preguntas para ayudarte en tu reflexión personal
Recordá que no hay respuestas correctas. Son solo un punto de partida para que puedas indagar en vos y conocerte un poco más, y, si querés, compartirlas conmigo:
1-¿Cómo pensás que podés aportar valor en tu trabajo actual o futuro?
2-¿Qué habilidades podrías fortalecer para generar impacto en tu trabajo? (Pensá ¿cuáles son tus puntos fuertes y cuáles podrías desarrollar? Por ejemplo, la escucha, la observación, etc..)
3-¿Cómo podés conectar tu vocación con la visión de negocio de la empresa en la que trabajás o que quisieras trabajar?
Escribime o envíame un WhatsApp y te ayudo a pensar y sacar a la luz tus fortalezas para posicionarte mejor en el mercado laboral.
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Analía Civetta
Médica Veterinaria. Psicóloga Social – Mentora en desarrollo profesional veterinario. Fundadora de MentoríaVet360 | Acompañamiento para los primeros años del ejercicio profesional

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